Diego Ventura no terminó de rematar la tarde como él quería y l publico esperaba. Una tremenda cogida en el primero, del que quedó mermado para el resto del festejo, y demasiados fallos con el rejón de muerte lastraron el desarrollo del espectáculo. Al último también lo toreó a pie y lo mató a estoque. Paseó tres orejas pero no salió a hombros.
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Francisco Mateos.-
Al llegar a la plaza de La Merced para el último festejo colombino sorprendía ver la furgoneta de Diego Ventura aparcada en la misma puerta grande. Tenía de positivo percibir las ganas con las que llegaba Ventura, y si todos sus paseíllos anteriores en Huelva -con dos toros- había sido capaz de salir a hombros, ¿cómo dudar que lo lograría una vez más disponiendo de seis astados? Pero el mundo del toro es así de caprichoso… y supersticioso: al final del festejo el chófer tuvo que llevar la furgoneta hasta el patio de caballos. La cuestión es que la tarde de los seis toros de Ventura no salió como nadie esperaba: ni el rejoneador, ni el público. Desde el primer momento comenzó torcida, y ni medio enderezada acabó.
Cuando Ventura galopaba a lomos de ‘Galán’ buscando las vueltas para poner la primera banderilla, el caballo trastabilló y el de Pereda, reservón, arremetió contra el caballo, a la vez que Ventura caía de mala manera. Afortunadamente el caballo sólo sufrió una herida de menor importancia, pero Diego tenía una fuerte contusión en el hombro izquierdo que le iba a lastrar definitivamente para el resto del festejo. Entre el impacto del momento de la cogida, las mermadas condiciones de Ventura y la escasa colaboración de este primer toro, la cosa pasó en blanco y con poco brillo.
Ventura pasó a la enfermería y el festejo se detuvo durante unos quince minutos. Le infiltraron en el hombro izquierdo para mitigar el fuerte dolor que padecía. Como la cosa se torcía, y aunque estaba previsto lidiar en segundo lugar el de Partido de Resina, decidió adelantar al de Fermín Bohórquez, que posiblmente le ayudaría más y así poder levantar una tarde que se ponía cuesta arriba. De salida usó a ‘Nazarí’, logrando al fin levantar a los tendidos cuando lo ‘toreó’ a dos pistas, tirando del toro de Bohórquez paralelo a las tablas, dejándoselo llegar a milímetros de la montura. Cuajó también buenos momentos en banderillas con ‘Milagro’, con unos quiebros en un palmo de terreno, aculado en tablas el caballo, sin espacio casi posible. Con ‘Califa’ puso un par a dos manos de mérito y lo usó para el rejonazo de muerte. Sin embargo, fallaba el sevillano una y otra vez, bastante desacertado para encontrar el sitio adecuado. Pasó el segundo de la tarde y nada salía como tenía previsto el jinete de La Puebla; ni el público. Había desámimo a esa altura de la tarde y cierta decepción.
Pasó otra vez a la enfermería Diego para ser infiltrado nuevamente antes de salir el tercero, de Partido de Resina. El toro se movió y Ventura pudo aprovechar sus arrancadas, destacando la actuación en banderillas con ‘Cheke’. Para matar otra vez no lo vio claro; además, este de los antiguos Pablo Romero, que le esperaba con la cabeza arriba y le cortaba, dificultaba aún más la ejecución. Varios pinchazos y la desangelada tarde que comenzaba a pesar ya cuando se estaba en el ecuador del festejo. Quedaban dentro el de Cubero, el miureño y el de Juan Pedro.
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Decidió echar en cuarto lugar al de Miura para quitárselo y dejar para una recta final lo hipotéticamente más ‘manejable’ posible: el de Benítez Cubero y Juan Pedro Domecq. Salió con mucha plaza el toro llegado desde ‘Zahariche’, con muchos pies y velocidad el volumétrico toro, de más de 600 kilos, alto, zancudo. Con ‘Buena víbora’ puso dos rejones de castigo. Cambió de montura para el tercio de banderillas, montando a ‘Nazarí’, buscando la máxima emoción corriendo a dos pistas al hilo de las tablas. Cambió a ‘Nazarí’ por ‘Ordóñez’ y lo toreó muy cerquita, adornándose con piruetas en la cara. Público y jinete por fin lograban entrar en conexión. Parecía que remontaba la tarde en cierto grado, pero de nuevo con el rejón de muerte -montando a ‘Califa’- falló y se esfumó el posible premio de una oreja. Era el cuarto: ninguna oreja y una buena colección de pinchazos. Aemás de dolorido se le notaba apesadumbrado a Ventura. |
Al quinto, de Benítez Cubero, lo recibió muy camperamente a portagayola con una garrocha a lomos de ‘Girasol’. En el tercio de banderillas invitó a salir al ruedo a los dos sobresalientes, que además son amigos suyos y les está ayudando en sus comienzos en el rejoneo: el onubense Andrés Romero y el portugués Francisco Palha. Fue el momento más feliz y de mayor contenido taurino de la tarde. Empezó con una banderilla Andrés Romero. Se fue de lejos, frente al toro, desafiante. Lo citó, buscó el encuentro y clavó arriba, adornándose en la salida con piruetas marca ‘Ventura’. Sensacional, igual que la segunda banderilla que puso. El debutante Romero en la plaza de La Merced -aunque como sobresaliente- se llevó las mayores ovaciones de la tarde, con el público puesto en pie. La empresa debería valorar la posibilidad de anunciarlo la próxima temporada en terna, con otros dos rejoneadores. Ha dado muestras de que está preparado para una plaza como Huelva. También estuvo acertado el portugués Palha, aunque es más ‘discreto’ en la forma. Y Ventura puso la guinda con una buena actuación, y más acertado al fin con el rejonazo de muerte. Cortó las dos orejas, pero taurinamente queda que las logró junto a sus compañeros; de hecho él msimo lo reconocía al sacarlos a compartir la vuelta al ruedo con las dos orejas.
Había dejado para último lugar el ejemplar de Juan Pedro Domecq, entre otras razones porque tenía intención de torearlo a pie. Lo recibió en la misma puerta de toriles y allí le puso casi en la misma salida el primer rejón de castigo. Con ‘Pegaso’ se lució en banderillas, recreándose con varias piruetas engarzadas a la salida del embroque. Descabalgó y pidió en las tablas muleta y espada. Comenzaba el esperado toreo a pie. Una tanda por el derecho tuvo consistencia y cierto pellizco. En la segunda tanda ya el tono fue menor. En la única vez que había lidiado seis toros en solitario y que también echó pie a tierra, en la goyesca de Ronda, subió al caballo para matar al toro; hoy en Huelva, por primera vez, montó la espada y lo estoqueó como un torero. No lo hizo mal, al estilo ‘Juli’, con un saltito y dejando la estocada trasera y perpendicular. Cayó el toro y cortó una oreja.
Acabó la corrida sin especiales alegrías entre el público. Ni en el torero, que abandonaba a pie la plaza -en corrida de seis hacen faltan cuatro orejas- con semblante serio, dolorido y contrariado. Tres orejas en seis toros, muchos fallos con el rejón de muerte y el tremendo porrazo que mermó sus condiciones. De las dos primeras orejas, al menos una se las debe a sus compañeros; y la del último fue a medias entre toreo a caballo y toreo a pie. La tarde había comenzado torcida, y medio torcida acabó.
TOREANDO DE FRENTE |
Una actuación condicionada por los golpes
Vicente Parra.- Concluyó el ciclo ferial colombino y no lo hizo con el triunfo espectacular que se esperaba de la actuación del rejoneador ribereño Diego Ventura. Pero, en su favor, hay que decir que el derribo sufrido en el primero de la tarde y, especialmente, el golpe en la clavícula, le condicionó el resto de la actuación, como se pudo comprobar a la hora de manejar los rejones de muerte. Al parecer, Diego ya venía algo lesionado de su actuación en tierras vallisoletanas en la tarde anterior, por lo que se juntaron el hambre con las ganas de comer y, de ahí, que en los primeros cuatro toros no atinara a la hora de clavar con acierto, por lo que, paulatinamente, se le escapaba el triunfo y, sobre todo, la puerta grande, porque, para abrirla se necesitaban cuatro trofeos, y ya sólo quedaban dos en los chiqueros. Buscó ese triunfo en el de Benítez Cubero y se apoyó en los sobresalientes. Una actuación que sirvió para que los espectadores conocieran a un rejoneador de la tierra, de Escacena del Campo, que hizo las cosas como mandan los cánones, yendo por derecho y clavando al estribo. Una actuación que debe servirle para abrirle muchas puertas en las plazas de nuestra provincia. Por lo pronto, dentro de unos días, concretamente el 13 de agosto, actúa en su tierra junto a Rui Fernandes y Diego Ventura, por lo que es una buena ocasión de volverle a ver en acción. Con las dos orejas en el esportón, Diego Ventura buscó repetir el éxito. Por ello, sacó al caballo estrella de su cuadro, ‘Pegaso’, y posteriormente echó pie a tierra para pasarse el toro con la muleta que portaba en su mano derecha. Los tendidos estaban con el rejoneador que, sin embargo, no estuvo atinado a la hora de dejar la espada y de ahí que no se le concediese el segundo trofeo que le hubiera permitido su salida triunfal por la puerta grande. Aunque no consiguiera ese éxito espectacular que todos vaticinábamos para este festejo, Diego Ventura ha dejado escrita una página importante con su actuación. Su primer triunfo fue llenar prácticamente los tendidos del coso onubense, con un público llegado desde muchos sitios y que, durante todo el festejo, estuvo con el rejoneador que, por su parte, quiso compensar esa demostración de admiración con cariño y con todo su amplio repertorio, garrocha incluida, para satisfacción de sus seguidores. No fue posible abrir la puerta grande pero nadie se va a rasgar las vestiduras por ello por cuanto todos los que contemplaron la actuación de Diego Ventura salieron satisfechos a la conclusión del espectáculo. Y eso es lo importante y no los trofeos alcanzados, aunque éstos también sirvan, pero la consideración de los espectadores ha sido muy importante. PD.- En este festejo se vieron auténticos toros en cuanto a presentación que nada tenían que ver con los que han salido en las tardes anteriores, digan lo que digan algunos. El público reaccionó y, en varias ocasiones, demostró su sentir en este aspecto. . |
PATIO DE ARRASTRE |
Ventura no tiene su tarde en su encerrona
Inma León.- Hablar hoy de las cuadrillas no tiene sentido, no obstante apuntar que nunca llegaré a entender por qué el público insiste en pitar a los subalternos cuando obedecen órdenes y hacen su trabajo. Del resto se puede decir que Ventura no ha tenido su tarde, primero por su percance en el primer toro que atropelló al caballo ‘Galán’ propinándole una cornada en el prepucio y una fuerte contusión a Diego en el hombro izquierdo, que le impedía incluso sujetar las riendas. La tarde comenzó a decaer, sobre todo cuando al llegar al quinto toro no había ninguna oreja en el esportón. Un dolor -imagino que insoportable- en el hombro izquierdo al principio de una encerrona de seis toros le quita las ilusiones a cualquiera, aunque hay que decir que algún trofeo más hubiera caído si llega a estar acertado con los aceros. En cuanto a los toros, destacar el noble comportamiento del toro de Miura, totalmente opuesto al de Pereda y Partido de Resina. Los demás, el de Bohórquez, Benítez Cubero y Juan Pedro Domecq, presentaron distintas características y se dejaron. Por último, es de mención el buen detalle de Ventura al dar sitio a los sobresalientes Andrés Romero y Francisco Palha, que estuvieron a la altura de las circunstancias y que calentaron a los tendidos con el toro de Cubero, y sobre los caballos destacar las actuaciones de Pegaso, Buena Víbora, Nazarí, Ordóñez, Milagro, Remate o Califa. |
GALERÍA GRÁFICA (Vicente Medero) |
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GALERÍA GRÁFICA (Pérez Marín) |
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SECUENCIA COGIDA (Pablo de la Corte) |
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OTRAS IMÁGENES (Pérez Marín) |
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LOS TOROS EN EL RUEDO (Pérez Marín) |
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PUERTA GRANDE (Pérez Marín) |
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