HUELVA - 2ª Feria Colombinas

José Tomás y Morante, o el toreo diferenciador

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Manoletinas de José Tomás. (FOTO: Vicente Medero)
Manoletinas de José Tomás. (FOTO: Vicente Medero)

José Tomás y Morante de la Puebla demuestran que son máximos representantes del toreo interpretado con personalidad y estilo diferenciador. Con dos conceptos distintos pero afines a la autenticidad, y sin entrar en competencia, el madrileño tuvo mejor lote y lo aprovechó cortando tres orejas, mientras que Morante cortó una. 

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado, por orden de lidia, toros de Victoriano del Río, noble pero duró lo justo; Núñez del Cuvillo, manso y rajado; Jandilla, noble, con recorrido y humillando; Juan Pedro Domecq, noble; El Pilar, desarrollando sentido, brusco; y Zalduendo, defendiéndose.

ESPADAS: -José Tomás (de grosella y oro), una oreja, dos orejas y saludos desde el tercio.

-Morante de la Puebla (de caña y oro), silencio, una oreja y palmas.
 
CUADRILLAS: Saludó tras parear al segundo Rafael Cuesta. También se desmonteraron El Lili y Sánchez Araujo en el cuarto. Y en el sexto, de nuevo Sánchez Araujo y Alejandro Sobrino. Picó bien a este sexto Cristóbal Cruz.
 
INCIDENCIAS: Lleno de ‘No hay billetes’.

 

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LOS TOROS EN EL RUEDO
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PUERTA GRANDE
Javier Martínez

Excelente toreo a la verónica de Morante. (FOTO: Vicente Medero)

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TOREANDO DE FRENTE
Tomás, el toreo; Morante la pinturería

Vicente Parra
PATIO DE ARRASTRE
El toreo no es estadística, sino sentimientos

Sixto Naranjo
AL RELANCE
No tan distintos

Mario Juarez
LAS CUADRILLAS, AL DETALLE
Huelva ovaciona a la cuadrilla de Morante
Inma León

 

Francisco Mateos.-

     Los representantes de los empresarios de la hostelería de Huelva se habían acercado al mediodía hasta la plaza de la Merced para ‘agradecer’ a los empresarios del coso, Óscar Polo y Carlos Pereda, el ‘atrevimiento’ de, en época de crisis -más en la taurina-, optar por la máxima calidad en la cartelería en vez de aplicar los recortes que la mayoría del sector está adoptando. Desde la alcaldía del Consistorio onubense, Diputación y demás instituciones se ha alabado y felicitado a la empresa. Todo eso está muy bien, pero los que han arriesgado y han puesto la manteca por delante a toreros y ganaderos han sido los dos empresarios, y no sé yo si son los que mayor margen de beneficio van a sacar -proporcionalmente a la inversión y el trabajo realizado- a estos deslumbrantes carteles colombinos.

     Con esta reflexión quiero reclacar que Huelva estaba a reventar. Ni una mesa libre para almorzar o cenar, ni una habitación libre para pasar la noche, las cafeterías repletas, los puestos de las calles haciendo su verdadero agosto… Y todo gracias al esfuerzo de la pareja de empresarios taurinos. Y después, el impacto y proyección mediático. Huelva en boca de toda España y del mundo. ¿Cuánto le costaría a la Diputación o al Ayuntamiento una campaña promocional de este calibre durante cuatro días? Pues ni un euro, ni uno -que yo sepa-, se gastan en colaborar con un negocio -el de La Merced- que es totalmente privado y ajeno a cualquier tipo de subvención o ayuda pública. Creo que va siendo hora de que los dos empresarios estrechen lazos de colaboración con estas instituciones y los representantes de los hosteleros locales para que todos colaboren en este evento taurino, y si se logra entre la colaboración de todos cinco tardes de toros en vez de cuatro, con esta misma calidad, pues más negocio para todo el mundo. La administración tiene que mirar de una vez por todas a la Fiesta de los toros y prestar su apoyo -y no sólo el de la palmadita en la espalda- a este tipo de empresarios y sus esfuerzos que logran repercutir negocio en todos los sectores de la ciudad.

     Ese fue el primer éxito de la tarde: el ambientazo, el lleno, el encontrar gentes de todas las partes, el convertir a la plaza de La Merced en punto de destino de un peregrinaje en busca del toreo diferenciador que sin duda representan, cada uno en su estilo, José Tomás y Morante de la Puebla. Después, el desarrollo del espectáculo dejó algunas decepciones en cuanto al juego de tres toros, saliendo peor parado el sevillano. Cada uno toreó fiel a su concepto y triunfaron, al margen de los trofeos logrados, pero al final no queda la sensación de haber visto el ‘acabose’ del toreo. La tarde no termió de romper en auténtico acontecimiento de época. Es más, incluso tengo la sensación de que el mano a mano de Juli-Talavante con los Cuvillo de mañana puede incluso superar las emociones vividas esta tarde.

     En el primero de José Tomás, ajustadísimo saludo con el capote, tanto que se le enganchó la tela. Derribó en la vara al picador de turno y el de Victoriano del Río se enceló con el caballo, arremetiendo contra el vientre. Hubo un quite espectacular de José Tomás por chicuelinas, apretadísimas, sin espacio físico entre el cuerpo del torero y el animal. Estatuarios para abrir faena un poco más allá de las rayas del tercio de infarto, sin mover las zapatillas, con el mentón clavado sobre el pecho, desafiante el de Galapagar. Tenía nobleza el animal y se desplazaba con claridad. José Tomás lo aprovechó y aplicó su tauromaquia más clásica de llevarlo muy sometido, de mano baja, y haciéndole girar alrededor de su cuerpo. Lo logró tanto en las tandas por la derecha como al natural. Quizás los de la mano izquierda tuvieron un mayor grado de profundidad. Los tendidos rugieron al compás de las muñecas del idolatrado torero. Al toro le faltó aguantar dos tandas más para terminar de reventar la faena; sus fuerzas duraron lo mínimo exigible. No mató bien: pinchazo al primer intento y estocada trasera en la segunda entrada. Una oreja para comenzar a llenar el esportón del triunfo de José Tomás.


  El desarrollo del espectáculo dejó algunas decepciones en cuanto al juego de tres toros, saliendo peor parado el sevillano. Cada uno toreó fiel a su concepto y triunfaron, al margen de los trofeos logrados, pero al final no queda la sensación de haber visto el ‘acabose’ del toreo. La tarde no termió de romper en auténtico acontecimiento de época.


       El tercero, de Jandilla, ya metía la cabeza por abajo en el capote de Tomás. Se vio que iba a servir. De franca embestida, con recorrido, humillando y desplazándose. Lo citó desde los medios muleta en mano y dejó que se le viniera de largo desde las tablas de la solanera, embarcándolo en dos tandas por la derecha llevándolo muy largo y muy enganchado por delante. Los de pecho de remate, perfectos. Pero otra vez de nuevo, como en su primero, lo realizado por el pitón izquierdo tuvo más importancia y profundidad. Las tandas de remate final, en corto, con media muleta, a pies juntos, puso más emoción aún. Áunque hizo bien la suerte final, la espada cayó baja. A pesar de ello le fueron concedidas dos orejas.

     Manseando asomó por toriles el segundo de la tarde, el ejemplar de Cuvillo. Morante esperó con paciencia que los cites de la cuadrilla fijaran su atención para cuajarle unas cuantas -pocas pero auténticas- verónicas, rematadas con una media de añejo sabor. Tras un tercio de banderillas en el que se desmonteró con justicia el sevillano Rafael Cuesta, Morante intentó armar faena al de Cuvillo, rajado y manso desde el comienzo del trasteo. Pero no fue posible, el animal se negó a embestir y reculaba ante la muleta. Morante no tardó en coger la espada porque estaba claro que no había faena posible; o al menos, no la había bajo el concepto morantista. Con la espada, muy mal, desconfiado y saliéndose de la rectitud, y así era difícil meter la espada. Pinchó y en la segunda entrada metió con habilidad medio espadazo.

     En el cuarto, de Juan Pedro Domecq, que desarrolló nobleza, se vio el mejor toreo de capote, de las manos de Morante de la Puebla. Excelente al recibirlo y lancearlo con suavidad para adormecer la embestida en los vuelos del capote, engarzando varias medias de remate muy ligadas casi en los medios. Después, otra ración de toreo de capote 5J con las muñecas rotas de Morante. La plaza vibró de verdad; ya digo, lo de más calidad de toda la tarde con el capote. Faena artista, ligada, de mano muy baja, de remates airosos, de gusto y toreo por bajo. Morante gustándose. Mató de estocada habilidosa entera, cortando una oreja, su primer trofeo de la tarde.

     Al igual que el tercero del lote de José Tomás fue el de peor condición, lo mismo le ocurrió a Morante, aunque el sevillano ya tuvo en primer lugar uno malo, el manso de Cuvillo. Este sexto de Zalduendo se defendía de los intentos de Morante con la muleta, porque lo intentó el de la Puebla, pero iba a ser que no. Por mucho que intentó enfandarse en la faena Morante para lograr al menos un trofeo que le dejara vía libre para acompañar a José Tomás en la salida a honbros, el de Zalduendo le negó tal posibilidad una y otra vez. De nuevo con la espada no lo vio claro a la hora de cruzar.


TOREANDO DE FRENTE

Tomás, el toreo; Morante, la pinturería

Vicente Parra.-

     Pasó el festejo del día grande que, aunque se había anunciado como un mano a mano, la verdad es que en ningún momento hubo enfrentamiento entre sus protagonistas que, salvo cuando se saludaron tras romperse el paseíllo, nunca estuvieron cercanos a lo largo del festejo. Pero aún así, hubo momentos de mucha intensidad a lo largo de un festejo que comenzó con casi diez minutos de retraso porque -¡oh casualidad!- el reloj de la plaza aparecía con ese retraso que sirvió para que el público pudiese acomodarse tranquilamente.

     Las reses de este festejo estuvieron mejor presentadas que las del día anterior, aunque eso no signifique que pasaran del mínimo exigible. Después, en cuanto a juego, como era lógico de esperar, hubo variedad, destacando los que salieron en primer, segundo y cuarto lugares; es decir, los de Victoriano del Río, Joaquín Núñez del Cuvillo y Juan Pedro Domecq.

     Y, a lo largo de la tarde, hemos podido gozar con el toreo de José Tomás, que ha estado variado con el capote en sus tres toros. Con la muleta, bien en el primero, mejor en el tercero y profesional en el quinto. Los mejores momentos los tuvo cuando toreó al natural al de Jandilla, logrando sacar dos de ellos extraordinarios que levantaron a los espectadores de los tendidos.

     Por su parte, Morante de La Puebla no llegó a encontrar el toro que le posibilitara su toreo, pero él puso la pinturería necesaria para que la plaza rompiese a su favor, especialmente en el cuarto, donde estuvo cumbre hasta donde el toro duró. En los otros dos, el ribereño no terminó de encontrarse a gusto y se los quitó de encima con rapidez.

     El público, que había acudido con ánimos triunfalistas, salió contento porque había visto torear a José Tomás y pudieron disfrutar en algunos pasajes con la actuación de Morante de La Puebla. Y, para que no faltara nada, también los banderilleros se lucieron y algunos de ellos, como Rafael Cuesta, Sánchez Araujo, Alejandro Sobrino y Fernando Casanova, tuvieron que desmonterarse para agradecer los aplausos de los tendidos al igual que también estuvieron bien Borja Ruiz y Cristóbal Cruz entre los montados.

     Ahora sólo hace falta que mañana por la tarde podamos ver otro festejo de similar índole para cerrar la serie de espectáculos a pie con otra tarde agradable. Y, si puede ser, que haya más toros y más competitividad entre los dos actuantes.

 


 

PATIO DE ARRASTRE

El toreo no es estadística, sino sentimientos

Sixto Naranjo.-

     Tarde de ilusión desbordante, que no desborda. Tarde de calor. De palmas a compás. De pasodoble por la Ría. De serenidad castellana, de gracia sevillana. Tarde de toros en Huelva. Sí, de toros, en tipo, sin excesos ni por arriba ni por abajo. Y un torero, José Tomás, rotundo hasta decir basta. Profundo hasta quedar exhausto él por interpretarlo y el público por gozarlo. De imán en su muleta. Sin excesos, sin falsos gestos. El toreo se vende por sí mismo. Faenas medidas, razonadas y razonables. Y Morante, con el lote más a contraestilo pero con un toro de Juan Pedro con el que se arrebató. Tarde de querer siempre, de atornillarse en el ruedo en busca del lance soñado, de la tanda perfecta. En tardes así hay que olvidarse de las frías estadísticas, de los trofeos, despojos al fin y al cabo, para quedarse con las sensaciones, los recuerdos y el toreo visto.


 

AL RELANCE

No tan distintos

Mario Juarez.-

     La tarde era una de esas citas marcadas en rojo en el calendario de los aficionados. No obstante, se veían las caras dos de los toreros que con más pureza ejecutan el toreo en la actualidad. Como dice Antonio Corbacho, son herederos de un conjunto de tantas tauromaquias, que los aficionados debemos sentirnos agraciados de haber podido contemplar a ambos en el mismo ruedo. Los genios escasean, y ver a dos de luces en el mismo coso, es como para soñar despierto.

     Sin haber podido contemplar sus tauromaquias en todo su esplendor, porque ninguno de los seis toros escogidos dieron opciones para ello, la lectura del mano a mano permite comprobar, analizando minuciosamente su concepto, que José Tomás y Morante no están tan alejados como pueda parecer a primera vista. Si la interpretación del sevillano es más desgarradora y nace del corazón y la del madrileño se rige por la cabeza fría y el corazón caliente, lo cierto es que ambas tauromaquias están cortadas por el mismo patrón: la pureza.

     Ese concepto de enganchar, embarcar la embestida en cada lance y terminar soltando al animal, atribuyendo a cada lance o cada muletazo un todo dentro del conjunto, es lo que siempre ha sido el toreo. Y pese a la expresión distinta, si analizamos eso tan denostado como la técnica de los toreros, comprobaremos que no son tan distantes.

     Afortunadamente, los aficionados estamos de enhorabuena. Dos genios andan sueltos y esas verónicas y chicuelinas de mano baja, esos cambios de mano rematados por bajo, esos muletazos al natural que parecen toreo de salón frente a un toro en vivo y tantos recuerdos, nos permiten vivir la intensidad del toreo en todo su esplendor. Y esos recuerdos, por sí solos, bien valen una tarde de toros.


LAS CUADRILLAS, AL DETALLE

Huelva ovaciona a la cuadrilla de Morante

Inma León.-

     Los hombres de plata de la cuadrilla de Morante de la Puebla se han visto recompensados hoy por su matador, que le ha obligado a saludar, y por las gradas onubenses. Tanto Rafael Cuesta, como Alejandro Sobrino y Lili han estado a la altura con la lidia de los tres toros y han colocado soberbios pares de rehiletes, destacando también Javier Sánchez Araujo.

     La cuadrilla de José Tomás ha estado correcta, aunque en otra dimensión. Tanto Cubero, como Rafael Izquierdo y Fernando Casanova han lidiado a sus oponentes con solvencia; quizás este último con capotazos de más. Los tres -junto a José María Soler- han cumplido en banderillas, destacando los tres en su conjunto en algunos pares; en otros no.

     Por su parte, los caballos se han empleado hoy, sobre todo el que montaba el primer picador de José Tomás, José María Prieto, que se ha llevado un susto viendo cómo su caballo quedaba a merced de ‘Destocado’, que no dudó en meter los riñones, pero no al sentir el puyazo, sino cuando vio a la presa fácil, el equino en el suelo.

     El picador que iba a las órdenes de Morante, Aurelio Cruz, casi sale despedido porque se quedó sin toro al ser desplazado el caballo que montaba. En general, los del castoreño han sido aplaudidos en su retirada, destacando el puyazo de Borja Ruiz, de la cuadrilla de José Tomás, que picó en el sol, el de Cristóbal Cruz y el de Antonio Bejarano.

 


GALERÍA GRÁFICA (Vicente Medero)

José Tomás. José Tomás. José Tomás.

José Tomás.

José Tomás.

José Tomás.

José Tomás. José Tomás. José Tomás.
José Tomás. Morante de la Puebla. Morante de la Puebla.
  Morante de la Puebla.  

  


OTRAS IMÁGENES (Vicente Medero)

Plaza llena de 'No hay billetes'. Cornadita a un caballo. Apuros para otro picador.

Todo un 'purista'.

Original abanico.


 

LOS TOROS EN EL RUEDO (Vicente Medero)

Primero: Victoriano del Río, con 550 kilos. Segundo: Núñez del Cuvillo, con 505 kilos. Tercero: Jandilla, con 507 kilos.
Cuarto: Juan Pedro Domecq, con 488 kilos. Quinto: El Pilar, con 504 kilos. Sexto: Zalduendo, con 482 kilos.

 

PUERTA GRANDE (Javier Martínez)

El escritor Fernando Sánchez Dragó.

El popular periodista Carlos Herrera.

El peculiar periodista onubense Jesús Quintero.

El músico Jaime Urrutia, de Gabinete Caligari. Ortega Cano y el joven aspirante sevillano 'Calerito'. Roberto Domínguez, apoderado de El Juli.
El empresario Pepe Cutiño y el ganadero José Luis García Palacios. Manuel Remesal, concejal de Cultura y Deporte del Ayuntamiento. El empresario de la plaza de La Merced, Carlos Pereda, puro en mano.
El diestro sevillano Antonio Nazaré. El torero mexicano Diego Silveti. El torero onubense Emilio Silvera.
Otro torero onubense, Francisco Barroso. Humberto Parra y Juan Belmonte. El banderillero onubense Jesús Carvajal.
El empresario sevillano José Luis Peralta. El empresario, ganadero y apoderado José María Garzón. El presidente del festejo, Juan León, y su familia.


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