Los toros de José Luis Pereda, desrazados y con pocas fuerzas, hunden la primera corrida de Colombinas. El sevillano Manuel Jesús ‘El Cid’ corta una oreja al cuarto tras una notable faena con largos naturales. Iván Fandiño se llevó el por lote y quedó inédito en su debut en La Merced. Daniel Luque, sin opciones.
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Francisco Mateos.-
Comenzaron las mejores Colombinas de la historia reciente en La Merced; al menos sobre el papel. Porque la Feria ha comenzado torcida en su base, en el toro. Hemos alabado los carteles en cuanto a toreros, y en cuanto a toros. Pero dentro de que sean ganaderías de solvencia contrastada, los empresarios deben asegurarse con los ganaderos que viene de lo mejor de la ganadería. Espero que lo que ha traído José Luis Pereda a Huelva esta tarde no sea de lo mejor de su casa, porque mal andan las cosas en Rosal de la Frontera si fuera así. Siempre se puede fallar porque los toros son, efectivamente, ‘melones sin calar’, pero para eso están las reatas, la selección, las pruebas en el campo,… Y se puede producir un margen de error, pero no el descalabro de esta tarde. Sólo uno de seis, y que tampoco fue un dechado de bravura; el cuarto. Poco, muy poco. De nada servirán combinaciones tan espectaculares si no se ha trabajado a fondo -admitiendo su margen de error- en el tema ganadero.
Manuel Jesús ‘El Cid’ ha salido a La Merced especialmente motivado por una Feria de tanta competividad entre compañeros. Quería reivindicarse a sí mismo en el escenario que en estos días se ha convertido en el auténtico epicentro del toreo. Su primero manseó desde que salió por chiqueros, saliendo suelto de los lances de recibo. En el caballo y en banderillas, la misma historia: salía suelto y queriendo escaparse. De ahí la importancia de esta primera faena para aficionado. Bien el sevillano de verdad. Le adelantó la muleta, le tiró la bamba a las pezuñas y lo llevó muy cosidito en la franela, dejándosela puesta cuando remataba el muletazo para evitar que se fuera a las tablas. El pinchazo que precedió al espadazo final enfrió al respetable, que pidió levemente el trofeo.
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Notable faena de Manuel Jesús al cuarto, un toro noble y con recorrido que le dejó estar a gusto por los dos pitones. Una serie al natural resultó auténtica, abrochando con los de pecho de pitón a rabo. Todo hecho, además, en el centro del ruedo mercedario. Acertó en la distancia, tocó con precisión la muleta y siempre se colocó de forma oportuna tras acabar cada muletazo para ligar con el siguiente. Faena de nota. Buscó la igualada con mimo pero se le fue baja la espada y la escupió rápidamente el toro. Al segundo intento tampoco acertó en la colocación El Cid, aunque ya sí fue efectiva, cortando una oreja, la única de la tarde. Actuación destacable y seria de El Cid en Huelva. |
Iván Fandiño debutaba en Huelva gracias a la buena temporada pasada y la que lleva de 2012. Quedó inédito en su primero, un animal desrazado que fue la antítesis del toro vibrante que precisa Iván para poder hacer rugir los tendidos con su toreo poderoso. El torero no demoró mucho para coger la espada y esperar mejor suerte en el quinto. Pero no la hubo, y el quinto fue otro toro sin fondo, sin raza, sin fuerzas,… sin nada. Llegó a echarse en el inicio de muleta. No eran embestidas, eran movimientos casi inertes, tambaleantes, a punto de costaladas de quien está a punto de exhalar su última bocanada de aire. Muerto en vida, vaya. El público se cabreó y mostró lógicas muestras de desagrado por el nulo juego del toro que condenaba a Fandiño a quedar inadvertido en su debut onubense.
El primero de Daniel Luque -tercero del festejo- se paró pronto, con muy poco gas. El sevillano estuvo animoso con el capote en el saludo y después en el quite, pero en la muleta se estrelló contra la escasa fortaleza del toro de Pereda. La faena nunca llegó a remontar vuelo. Igual guión en el sexto, el único herrado de La Dehesilla pero que siguió, desgraciadamente, los mismos parámetros que los del otro hierro de la misma casa ganadera. Cualquier intento del sevillano por armar faena era de inmediato desarmada por el nulo juego del toro. Desfondándose, sin emoción alguna y desesperando al torero y al público que, a esas alturas del plomizo y decepcionante festejo, contaba ya los minutos para marcharse de la plaza hacia los abrevaderos de refrescantes líquidos de los alrededores. Para eso dicen que las penas se ahogan en el acohol.
TOREANDO DE FRENTE |
Poco toreo y menos toros
Vicente Parra.- El cartel anunciador del festejo celebrado esta tarde decía «gran corrida de toros». Esta frase es un eslogan publicitario y como tal hay que tomarlo por cuanto, a la hora de la verdad, salieron una serie de animales que, administrativamente, hay que considerarlos, por cuanto tenían más de cuatro años de edad, como toros pero que, por las características de su encaste, dejaron mucho que desear en cuanto a toros porque carecieron de esas característicos que tienen los animales de este encaste. Pero como en Huelva es difícil echar para atrás a las reses por razón de su presentación, la corrida pasó prácticamente sin dificultades algunas. Es cierto que los veterinarios rechazaron un toro, aunque se desconozcan las causas por cuanto la copia del acta con expresión de las reses aprobadas y rechazadas, así como los motivos del rechazo, han de ser expuestas al público, al menos en los accesos a la plaza, antes de la celebración del espectáculo; no sabemos dónde se sitúa por cuanto sólo pudimos ver, junto a la taquilla, el orden de salida de las reses a lidiar, de las reses aprobadas. Para colmo de males, las reses estuvieron huecas, vacías, descastadas y tan sólo el lote de Manuel Jesús ‘El Cid’ se dejó torear. Poco cosa para una ganadería de la que se esperaba mucho más y que, en otras ocasiones, ha dejado bien alto el pabellón, pero que, en esta ocasión, no pasarán a la historia ni la presentación ni el juego de las reses criadas en tierras aruccitanas. Manuel Jesús ‘El Cid’ tuvo una más que correcta actuación en el que abrió Feria, con el que brilló Alcalareño en un buen par de banderillas. El de Salteras supo aprovechar las cualidades de su oponente aunque no estuvo afortunado a la hora de matar. Con el buen cuarto, el mejor de todos, su faena fue de más a menos y, para colmo, estuvo muy mal con los aceros, además de pasarse de tiempo. Pese a ello, la generosidad del público onubense y la condescendencia del palco presidencial sirvieron para conquistar la primera oreja del ciclo. Después, ni Iván Fandiño ni Daniel Luque tuvieron opciones de triunfar, sino todo lo contrario. Y, tras muchos años, se escucharon palmas de tango en los tendidos de La Merced y se pidió a la banda de música que dejara de interpretar el pasodoble que había iniciado. El vasco se encontró con dos toros vacíos, sin nada que ofrecer y con escasez de todo, por lo que sus ilusiones fueron deshaciéndose sin encontrar respuesta alguna. Tampoco estuvo muy afortunado con los aceros y el silencio le acompañó al término de sus dos actuaciones. Por su parte, Daniel Luque también se quedó inédito ante un lote insulso y sin nada agradable que ofrecer. El de Gerena tampoco estuvo por la labor y muy pronto se desilusionó, cortando las faenas con demasiada prontitud y, al no acertar con las espadas, también fue silenciado. Lo mejor de la tarde: la entrada que registraron los tendidos, donde se reunió un elevado número de espectadores, muchos de los que, en caso de repetirse festejos como el de esta tarde, desertarán, porque lo contemplado fue muy poco, además de muy débil, y así es difícil mantener la afición. |
PATIO DE ARRASTRE |
La gente es paciente, pero no tonta
Sixto Naranjo.- Primera de Feria y primer toque de atención del público a la empresa. Cayó sibilinamente con la presentación de algunos toros de Pereda-La Dehesilla, pero mostró su desagrado y tocó palmas de tongo cuando cuatro de ellos fueron arrastrados tras su juego manso y descastado. Y eso que era el entrante a los dos platos fuertes que están por llegar mañana viernes y el sábado. La gente ‘traga’ demasiado. Tanto como paga cuando pasa por taquilla. Cuando se pide al aficionado un esfuerzo desde su bolsillo, hay que ofrecer un mínimo de garantías en el ganado. Hay que cuidar tanto el fondo como la forma. Mañana llegarán José Tomás y Morante con sus toros. Seis toros y seis hierros distintos. Y el sábado la corrida de Cuvillo después de su petardo en Santander. ¿Habrá redención para la empresa o se tropezará dos, o tres, veces en la misma piedra? En su tejado está la pelota de mejorar lo vivido hoy jueves en un gris inicio de Las Colombinas. |
LAS CUADRILLAS, AL DETALLE |
El Boni, ovación de la tarde
Inma León.- En tarde fría y con toros con poco contenido, en las cuadrillas ha habido de todo. Desde pares que sólo han dejado una banderilla como es el caso de Roberto Martín ‘Jarocho’ y de David Díaz ‘Llaverito’, de la cuadrilla de Iván Fandiño, hasta dos pares con mucho sabor de Rafael Perea ‘El Boni’. Pero mejor empecemos por el principio y por orden. La cuadrilla de El Cid ha estado a la altura y también la de Luque; sobre todo Antonio Manuel Punta, que podría haber llegado a algo más en esto del toro cuando era matador. En primer lugar, El Boni lidió a un toro rajado que cantó la gallina de momento y que incluso se le coló en un capotazo, aunque después derrochó nobleza en la muleta, tras complicarle el puyazo a Manuel Jesús Ruiz ‘Espartaco’. Por su parte, Alcalareño puso dos buenos pares en terrenos distintos y donde sabía que el de Pereda le iba a arrear. En el cuarto, lidiado por este último, El Boni se lució en banderillas, colocando en todo lo alto dos pares de calidad, que calaron en los tendidos onubenses, mientras que el par de Pirri no desentonó, tras picarlo Juan Bernal. El picador Pepe Aguado, de la cuadrilla de Fandiño, puso al primero de su matador un único puyazo más bien trasero. Jarocho lo lidia por las alturas porque en ningún momento humilló, mientras que Pedro Lara se queda en la misma cara del burel en el tercer par de banderillas. Ante el quinto, el picador Rafael Agudo se vio en apuros porque el toro se echó el caballo a los lomos, mientras que el tercio de banderillas no hubo brillo, pues en el morrillo quedaron cuatro palos y no en su sitio. Daniel Luque tiene a su cuadrilla firme. Antonio Manuel Punta, excepcional lidiador, puso el toro a la merced de sus compañeros Abraham Neiro y Jaime Padilla. El primero cumplió y el segundo apuntó bajo con los palos, tras recibir un buen puyazo de Benito Quinta. Ante el sexto, la cuadrilla estuvo correcta con un toro que no quería ver al picador Carioca ni en pintura, pero destacar el primer par de Punta, colocado al relance para aprovechar la salida del toro del capote de su compañero. |
GALERÍA GRÁFICA (Vicente Medero) |
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OTRAS IMÁGENES (Pérez Marín) |
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LOS TOROS EN EL RUEDO (Pérez Marín) |
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PUERTA GRANDE (Vicente Medero) |
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