BALANCE de la jornada

Los novillos de Prieto de la Cal decepcionan en Valdemorillo

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Uno de los novillos onubenses de Prieto de la Cal lidiados en Valdemorillo. (FOTO: Julián López)
Uno de los novillos onubenses de Prieto de la Cal lidiados en Valdemorillo. (FOTO: Julián López)

La ganadería onubense de Prieto de la Cal ha abierto esta tarde la Feria de Valdemorillo (Madrid). La novillada no ha ofrecido el juego esperado y ha decepcionado. En general, deslucidos y faltos de raza. El que salió en sexto lugar tuvo incluso que ser devuelto a corrales y lidiarse el sobrero.

Redacción.-

     Los novillos de la ganadería onubense de Prieto de la Cal se han lidiado hoy viernes, 7 de febrero, en la plaza de toros madrileña de Valdemorillo. El balance ha sido el siguiente:

NOVILLADA

  • Valdemorillo (Madrid): Se han lidiado novillos de Prieto de la Cal, el sexto como sobrero, desiguales de hechuras, con algunos ejemplares terciados, deslucidos y sin raza. El cuarto, que se apagó pronto, y el rajado pero manejable sexto, fueron los menos malos de un envío decepcionante. César Valencia, silencio tras aviso y silencio tras aviso. Daniel Crespo, silencio tras aviso y silencio tras aviso. José Antonio Carreiro, silencio tras aviso y silencio. Dos tercios de plaza.

     En crónica de los compañeros de mundotoro.com sobre el juego de los novillos de Prieto de la Cal esta tarde en Valdemorillo, «a toro pasado es fácil hacer valoraciones, pero quizá el encierro de Prieto de la Cal no era el más idóneo para la novillada de apertura de la Feria de San Blas. El lote veragüeño, jabonero en su totalidad, en general terciado, sin raza y muy venido a menos, ni siquiera aprobó en el caballo y en el último tercio no dio la más mínima opción a la terna. Noble pero muy bajo de raza, el ‘Veragua’ que abrió feria apenas tuvo recorrido y se apagó nada más comenzar una faena que nunca llegó a coger vuelo porque el novillo no repitió las embestidas. Tampoco se desplazó el segundo, cuya acometida careció de transmisión y entrega. El tercero, menos picado, duró un par de series antes de salir desentendido de cada muletazo y comenzar a probar las embestidas. El cuarto tuvo un comienzo esperanzador, pero cuando cogió la zurda el animal cortó el viaje y la faena se vino a menos hasta acabar diluyéndose. Se pidió con fuerza la devolución del quinto, que blandeó en exceso de salida. Luego en el último tercio no claudicó pero tampoco se entregó, más bien tendió a defenderse y puntear las telas. El sobrero sexto se quiso rajar pronto, pero al menos no molestó».

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