Unos 50 aficionados, integrados en el recién creado ‘Aula joven’ de La Merced, han visitado la ganadería onubense de Concha y Sierra antes de su traslado a Francia tras ser vendida. Los aficionados onubenses pudieron deleitarse con la varidad de estos toros de sangre pura vazqueña. En unos días saldrán definitivamente desde San Bartolomé de las Torres hacia Francia.
Redacción.-
El ‘Aula Joven’ de La Merced ha visitado la ganadería de onubense de Concha y Sierra, a la que se le tributó una cariñosa despedida antes de su marcha a Francia en apenas unas semanas tras su venta por parte de la familia García-Palacios. Fue una gran mañana imbuidos del esplendor del campo, la belleza de la estampa única de la pureza vazqueña impregnada en este toro único y el paseo delicioso por la historia y el misterio de un hierro legendario.
«Es una pena que este toro deje de estar entre nosotros». «¿Cómo no he podido venir antes?». «Esto es algo que debería conocer todo el mundo»… Testimonios salidos de viva voz de unos 50 jóvenes aficionados onubenses cuando concluía la visita a ‘El Campillo’, la finca en San Bartolomé de la Torre que sigue siendo aún los dominios del toro de Concha y Sierra. Testimonios tan entusiasmados como la mirada de los miembros del Aula Joven de La Merced al final de una mañana difícil de olvidar. Porque pasear por los cerrados y por la historia de Concha y Sierra fue una de esas lecciones que forjan a los buenos aficionados.
La intensa niebla de la mañana le puso un velo aún más campero a la jornada. La mitad de la expedición llegó de la capital. La otra mitad, de diversos puntos de la provincia. El encuentro fue en el bellísimo salón de los toreros del cortijo de ‘El Campillo’. Allí las primeras fotos del día, las primeras grandes impresiones de una jornada que tuvo muchas de ellas. El cafelito para tamizar el fresquito de la mañana. Y, sin más, la detallada explicación de José Luis García Álvarez, el ganadero, sobre la procedencia de Concha y Sierra, sus peculiaridades morfológicas y de fenotipo, el modo en que llegó a las manos de esta familia onubense García Palacios, el trabajo de purificación genética que se ha realizado en ella durante los últimos veinte años y, por último, el porqué se vende y se marcha a Francia. Una exposición teórica cargada de práctica: la que da tanta vida vivida por el toro de Concha y Sierra. Y un dato muy esclarecedor, de imprescindible conocimiento: «el toro de Concha y Sierra es el bovino más puro genéticamente que existe hoy en día en el mundo», José Luis García Álvarez dixit, apoyado en los profusos estudios veterinarios que se le han practicado en poder de su familia, justamente, para retomar la raiz, tan oculta hace veinte años, de lo más puro de la casta vazqueña. No lo olvidemos, una casta fundacional del toro de lidia.
Puestos en disposición mejor de lo que se iba a ver, llegó la contemplación del animal en su hábitat natural. El toro bravo en la dehesa. Una estampa sin igual, única, riquísima, otro patrimonio de la Tauromaquia. Una estampa que se realza por un arco iris de colores inimaginables que se juntan en el toro de ‘conchaysierra’. Todos la gama de pelos posibles están aquí. Y se vio la quincena de utreros que únicamente se van a aquedar en Huelva para ser lidiados este año. Y los que han quedado sin torear del año pasado. Cuatro de ellos, reseñados para la novillada de septiembre en Madrid. De impecables hechuras. De excelsa planta. Serios como hombres adultos ya que fueran. Y otro novillo más que se quedó por lidiar el año pasado y que en Francia van a tentar para semental, tal son sus hechuras… Y el resto del ganado que se marcha: añojos, erales, sus madres, becerritos de apenas semanas con sus hocicos empapados en la leche que maman impacientes. Los mirábamos y los fotografiábamos entre la admiración y la nostalgia porque pronto ya no pisarán estas tierras, nuestras tierras… Un hermoso repaso visual jalonado por las anécdotas, las explicaciones y los secretos que el ganadero, su hijo José Luis y Miqui, el mayoral, (Miguel Frías Murciano, un catalán que un día lo dejó todo por puro amor al campo bravo) compartían con los miembros del Aula Joven para hacer la experiencia aún más rica.
La visista también incluyó la parte de las reses con el hierro de Albarreal (la otra ganadería de la casa García Palacios) que ya pasta en ‘El Campillo’. Y la gran curiosidad de la mañana: comprobar cómo todo el ganado se arremolinaba alrededor de los dos remolques dispuestos para recorrer los cercados de la finca pensando que les tocaba la hora de la comida…
Terminada la ruta por el campo, el Aula Joven de La Merced entregó a los ganaderos un sencillo obsequio de esta hermosa experiencia, una cerámica de gratitud, no sólo por haber hecho posible la visita, sino, sobre todo, por el trabajo realizado por la familia García Palacios para salvar de la desvirtuación y del olvido a una ganadería que ojalá en Francia tenga tanta suerte con el mimo y la dedicación que reciba como la que ha tenido en San Bartolomé. Para que todo tuviera más sentido, Juan Pedro, el más joven de los miembros del Aula presentes en Concha y Sierra, hizo entrega del regalo a Jose, el futuro García Palacios ganadero.
GALERÍA GRÁFICA (Vicente Medero) |
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