HUELVA TAURINA realiza un recorrido por las alternativas concedidas en las plazas de toros que ha tenido la capital onubense. En esta primera entrega del reportaje recogemos las cinco alternativas concedidas en las plazas de la capital onubense, dejando al margen las concedidas en La Merced para la segunda entrega.
Vicente Parra.-
No ha sido la capital onubense una localidad pródiga en ser escenario de ceremonias de alternativas. De las alternativas concedidas en la capital onubense destacan la dinastía Espartaco por cuanto los tres matadores existentes en la misma han sido investidos como doctores en los diversos cosos choqueros.
En la primera parte de este trabajo vamos a referirnos a las alternativas concedidas en las plazas de toros de Huelva, Monumental y en una portátil que, eventualmente, se instaló en el año 1982 ante la carencia de recintos para celebrar festejos taurinos en nuestra ciudad. En la segunda parte se recogerán las ceremonias celebradas en la plaza de toros de La Merced.
La primera alternativa de la que se tienen noticias es la recibida por Ángel Carmona ‘Camisero’ en la tarde del 6 de septiembre de 1904. El toricantano, que vistió un terno verde y oro, recibió el grado de matador de manos de Antonio Fuentes, completando el cartel José García ‘El Algabeño’. Los toros fueron de Felipe de Pablo Romero y el de la ceremonia se llamó ‘Gorrión’, estuvo marcado con el número 21 y fue berrendo en negro.
Hubo que aguardar hasta el 19 de marzo de 1966 para una nueva ceremonia. En este caso la del sevillano Antonio Ruiz ‘Espartaco’ quien la recibió de manos de Emilio Oliva y con el testimonio de Efrain Girón, actuando también el rejoneador Álvaro Domecq hijo, con reses de Eloy Jiménez Prieto mientras que el de rejones llevaba el hierro de Prieto de la Cal. El diestro de Espartinas no tuvo fortuna con ‘Isleño’, el de la ceremonia y, en el otro, fue avisado.
La plaza Monumental fue escenario de dos alternativas. La primera fue la del onubense Curro Méndez, quien la recibió de manos de Francisco Rivera ‘Paquirri’, ante el testimonio de Paco Alcalde. El espigado diestro onubense le cortó las orejas al toro de la ceremonia, que llevaba el hierro de Gabriel Rojas, un encierro que había reemplazado al anunciado de Diego Puerta. Esto aconteció el 1 de agosto de 1977.
Dos años más tarde, el 1 de agosto de 1979, Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’ recibió la alternativa de manos de Manuel Benítez ‘El Cordobés’ y con Manolo Cortés de testigo, lidiándose un encierro de Carlos Núñez. Juan Antonio, de blanco y oro, brindó su primer astado a su padre y a sus mentores, los hermanos Lozano, logrando cortar cuatro orejas y saliendo a hombros.
Para contemplar otra ceremonia hubo que aguardar al 3 de agosto de 1982. En esta ocasión en una plaza portátil que se instaló junto al recinto ferial colombino al estar inutilizada la plaza Monumental. Y la recibió otro torero onubense, Santi Ortiz, de manos de José Antonio Campuzano con el mexicano Jorge Gutiérrez como testigo, con reses de Eloy Jiménez Prieto. Santi Ortiz, de purísima y oro, fue muy aplaudido al acabar con su lote.