BALANCE de la jornada

Juan Ramón Jiménez y David Palanco, sin suerte

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Juan Ramón Jiménez esta tarde en La Algaba. (FOTO: Vicente Medero)
Juan Ramón Jiménez esta tarde en La Algaba. (FOTO: Vicente Medero)

En la novillada de promoción celebrada en la pintoresca plaza de La Algaba, que iniciaba su Feria, han participado los novilleros onubenses Juan Ramón Jiménez y David Palanco. Ninguno de los dos ha tenido suerte, ya sea en el sorteo, como el caso de Juan Ramón Jiménez, o con la espada, como le ha ocurrido a David Palanco.

Redacción.-

     El balance de los toreros onubenses que han realizado el paseíllo hoy, jueves 13 de septiembre, ha sido el siguiente:

NOVILLADA SIN PICADORES

  • La Algaba (Sevilla): Se han lidiado tres erales de la ganadería sevillana de Agustín Lunar, de buen juego, destacando el lidiado en tercer lugar, premiado con la vuelta al ruedo. Juan Ramón Jiménez, de Huelva, silencio tras aviso. David Palanco, de Valverde del Camino, silencio tras aviso. Juan Manuel Aguilera, de Alcalá de Guadaíra, dos orejas. Tres cuartos de plaza. Al finalizar la lidia de los tres noveles anunciados se lidió un añojo de la misma ganadería en clase práctica para alumnos de la Escuela de tauromaquia de La Algaba. Posteriormente, las populares sueltas de vaquillas en el ruedo. (VER GALERÍA GRÁFICA)

     Según reseña de nuestro compañero Juan José Benítez sobre la actuación d elos dos novilleros onubenses esta tarde en la plaza sevillana de La Algaba, «en la primera novillada del ciclo de La Algaba tomaron parte dos onubenses, David Palanco y Juan Ramón Jiménez, que obtuvieron ambas ovaciones del respetable algabeño situado en las talanqueras de la curiosa plaza de carros. Juan Ramón últimamente no anda con suerte en los lotes. Le tocó un burraco con poca presencia, que andaba suelto y sin clase, metiéndose por dentro una y otra vez, con la cara suelta, yendo y viniendo. El capitalino nunca volvió la cara y anduvo firme, como nos tiene acostumbrados. El eral no dejó sentir y expresar el toreo al novillero, que mató tras una estocada trasera y dos descabellos.

     Por su parte, el valverdeño Palanco, ataviado como el resto de sus compañeros de corto, se las vio con el mejor oponente de la tarde, un novillo con más presencia que sus hermanos, que tenía clase y nobleza. Palanco trazó muletazos largos con los que llegó a los tendidos, pero el mal uso de los aceros y la mala suerte del puntillero que levantó varias veces el novillo hizo cambiar un posible trofeo por una cariñosa ovación».

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