La prestigiosa revista taurina francesa ‘Terres taurines’ dedica su número 15 a la ganaderia onubense de Cuadri. Con una amplísima y lujosa galería gráfica como soporte, la publicación hace un análisis exhaustivo del signficado de esta ganadería en la Fiesta y la pone como ejemplo del ‘antisistema’ actual.
Redacción.-
El nuevo número de la revista taurina francesa ‘Terres taurines’, el número 15, está dedicado a la ganadería onubense de Cuadri: ‘El antisistema’. Heredero espiritual de los grandes ganaderos del siglo XIX, Fernando Cuadri, en memoria de su padre Celestino Cuadri y en representación de su familia, perpetúa una filosofía que aportó a la Fiesta sus credenciales más gloriosos, mientras que en el mundo ganadero se ha puesto de moda una forma penosa de crianza del toro moderno, obediente y sumiso, que ‘sirve’ para que el torero pueda expresarse a gusto.
Sin proponérselo, pero sin dudarlo tampoco, la ganadería emerge como la ganadería antisistema por antonomasia, con su sempiterna búsqueda de casta y su forma de crianza extensiva, paradigmas de cualquier organización ecologista si no fueran anti taurinos. A todo esto, hay que sumar un dato más personal: detalle poco frecuente en este mundo tan celoso de sus secretos, Fernando Cuadri habla con el corazón abierto.
Y lo hace con tanta generosidad, bondad, inteligencia, humildad y, a la vez, con tanta fuerza de convicción que, una vez más, el viejo refrán se cumple: los toros de Cuadri se parecen a su ganadero, incluso cuando a veces alguno sale duro en exceso. Es entonces cuando asoma la vocación inflexible de Fernando de seguir su propio camino, y su voluntad inapelable, cortés y educada a la par, de no rendirse nunca ante el sistema.
El ganadero onubense Fernando Cuadri comenta en el amplio reportaje que «buscas el toro que a tí te gusta. Nosotros nos inclinamos más por el ‘torista’. Creo que más que ¡torista’ buscamos el toro con base de casta. Hay otros ganaderos que buscan el toro con más base de nobleza. No se cual es más acertado, pero son válidos los dos criterios. Pero la nuestra es más complicada porque los toreros no la quieren. El toro con la base de casta tiene un problema grande y es que si sale bravo y noble, no es tonto y los tienen que torear, no te puedes limitar a pegarle pases, tienes que hacer un esfuerzo. Si te sale complicado, lo tienes que lidiar y también tienes que hacer un esfuerzo. O sea, que con el toro encastado tienes que hacer un esfuerzo sea cual sea la condición del toro. Los toreros no los quieren y es muy dificil conformar el cartel con las empresas y entonces dependemos del aficionadoy hay que ganarse las plazas año a año».
